¿Por qué es importante aprender Teoría Musical cuando aprendemos a tocar un instrumento?

Lo primero que quiero aclarar es a qué me refiero cuando hablo de "aprender Teoría Musical",
ya que muchos utilizan estos términos para referirse al estudio de la escritura musical tradicional, el solfeo y la audioperceptiva. 
No me refiero a eso. De hecho, creo que el estudio de esos aspectos teóricos debería quedar de lado en un principio para ser estudiados luego,

teniendo ya un conocimiento práctico del instrumento. Para ese entonces, algunos de estos conocimientos podrían resultar hasta necesarios para continuar
avanzando y profundizando de una manera más técnica y profesional el estudio de la música en general. Pero para esto es necesario haber adquirido cierta experiencia a través de la práctica instrumental. 
¿Por qué digo entonces que es importante aprender teoría musical junto con el estudio del instrumento? Porque me refiero a la parte teórica de la música que explica el cómo y el por qué de las prácticas musicales cotidianas. 
Es muy fácil acceder actualmente a cualquier tipo de material que nos diga qué hacer, ya sea con la guitarra, con el piano, e incluso con otras actividades pertenecientes a disciplinas diferentes a la música, pero poco es el material que se encarga de explicarnos por qué hacemos de una manera determinada eso que nos dicen que debemos hacer. 
El conjunto de herramientas que necesitamos para resolver en el instrumento distintas situaciones que se pueden presentar a la hora de hacer música: eso es a lo que llamo teoría musical. Y eso es lo que resulta tan importante al momento de aprender a tocar un instrumento, ya que nos dará los recursos necesarios para poder comprender qué es lo que estamos haciendo y qué es lo que podremos hacer en cualquier situación futura, dentro de la práctica musical que deseamos desarrollar.
Esta parte teórica de la música incluye el estudio de los conceptos que toma como base el sistema musical; conceptos referidos a Armonía, Ritmo, Improvisación y a los diferentes recursos compositivos que podemos utilizar, que son los mismos que utilizan los compositores al crear las canciones que escuchamos y tocamos a diario. Debemos conocer además, la manera en que el instrumento que tocamos se relaciona con esos conceptos, de otra manera, estos contenidos carecerían de sentido. 
Como músicos, no podemos estar ajenos a estas cuestiones. Necesitamos estar familiarizados con estos aspectos, incluso para poder comprender lo que aprendemos en el instrumento.
Son muchos los casos en los cuales una persona aprende a tocar un instrumento por imitación, intuición, y arduo trabajo autodidacta. Es muy común comenzar de esta manera el estudio de la música (de hecho yo también comencé de esa manera). Esto no tiene nada de malo si se dedica tiempo y esfuerzo suficiente para ir adquiriendo la técnica necesaria para cumplir ciertos objetivos iniciales con el instrumento, como pueden ser por ejemplo, tocar una determinada canción, poder acompañar a otro músico con el instrumento, tocar ciertos acordes o una melodía determinada. A medida que se van logrando estos objetivos a corto plazo, aparecen naturalmente otras interrogantes que surgen a partir de la práctica misma, cuando uno comienza a notar que existen distintos "patrones", "secuencias" o recursos que se repiten en diferentes canciones, pertenecientes incluso a estilos y compositores muy diversos, además de que uno mismo comienza a notar algunas limitaciones. Es allí donde comienza a jugar un rol muy importante esa parte del estudio que va más allá de la práctica musical propiamente dicha, aunque lo ideal es que estos conocimientos (teóricos) sean adquiridos en conjunto con la práctica y no de manera aislada. Por eso, es responsabilidad de cada músico encontrar el equilibrio necesario para poder tocar el instrumento y, al mismo tiempo, ir satisfaciendo esas inquietudes mediante el aprendizaje de los contenidos correspondientes. Es cierto también que un buen profesor de música, cualquiera sea el instrumento que se desee aprender, podrá brindar al alumno todas esas herramientas teóricas y prácticas y podrá también hacer énfasis en las inquietudes y dificultades propias de cada alumno en particular. Por ello, lo más recomendable es asistir a clases presenciales con un profesional capacitado en la materia. No obstante, el material al que se puede acceder mediante los medios tecnológicos, internet y las redes sociales en la actualidad, en muchos casos puede jugar un papel muy importante para el aprendizaje musical. Por eso, queda nuevamente bajo responsabilidad exclusiva del músico, saber distinguir y seleccionar el material adecuado para su situación particular. En otras palabras, cada músico en formación deberá investigar las diferentes propuestas para luego elegir la que realmente le aporte algún beneficio a su desarrollo individual como músico. De esta manera, el alumno podrá complementar la información adquirida en sus clases presenciales, además de poder acceder a una mayor cantidad de material: ejercicios, recomendaciones, ideas, propuestas, etc. Y en caso de no tener la posibilidad de asistir a clases presenciales, todo este material podrá complementar y ampliar los conocimientos y prácticas adquiridas por cuenta propia, ya que esta tarea autodidacta, aunque sea una práctica común en la música, resulta muy laboriosa y compleja en la mayoría de los casos.
Lo importante en todo camino que se inicie dentro de la música, es poder dar continuidad a la tarea que cada uno se propone y, finalmente, será para esto que se buscará conocer y acceder a la mayor cantidad de material que sea posible. Nada reemplazará a la práctica y la dedicación que cada uno aporta a su propio crecimiento y nada puede opacar la satisfacción que se produce al notar los avances y al cumplir las metas que se habían propuesto anteriormente. 
Así que salgamos a transitar este eterno camino del aprendizaje musical utilizando todas las herramientas que estén a nuestro alcance, que por suerte, actualmente, son muchas.

Martín, TMO.

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