Ser músico: ¿Hobby o trabajo duro?

"Soy Músico".

Después de decir esas palabras podemos esperar cualquier respuesta de quien tenemos en frente. Hay muchas reacciones posibles en esa situación y no es extraño que así sea. Después de todo ¿Qué es ser “músico”? ¿A partir de cuándo una persona puede ser considerada como un “músico”?

Un músico es una persona que dedica parte de su vida a realizar una actividad musical. ¿En qué magnitud? Eso puede variar. Hay personas que practican la música en su tiempo libre, como también hay personas que dedican la mayor parte de su tiempo a diversas prácticas musicales. En la actualidad, sin importar a cuál de estos grupos correspondas, puedes decir que eres un músico si es que

en algún momento tomaste la decisión de llevar a cabo esa actividad y la sostienes en el tiempo. Lo que mucha gente desconoce es cuánta dedicación esto requiere.

Generalmente uno comienza con la práctica musical como una actividad a realizar en su tiempo libre, ya sea que se refiera al aprendizaje de un instrumento, al canto, a la práctica coral (sana actividad, muy recomendada para músicos en general), o a otra práctica relacionada. Poco a poco se va interiorizando más y más en ello y, finalmente, se convierte en un estilo de vida, ya sea que uno lo haga en su tiempo libre o a tiempo completo, de manera amateur o profesional. Hay algo que todos los músicos tienen en común: el ansia de aprender, descubrir, aplicar el nuevo conocimiento y seguir aprendiendo. De esta manera se produce en cada músico un aprendizaje y un crecimiento constante.

Detrás de cada show de música en vivo, ya sea un recital de 30 minutos o uno de 2 horas, existe un trabajo previo de cientos de horas. Días y noches dedicadas al estudio del instrumento, a la práctica continua, a un desafío constante que parece interminable y que quizás lo es, ya que un músico podrá continuar aprendiendo siempre a lo largo de su vida. Lo mismo sucede con cada disco grabado por cualquier banda o solista. Además de todas esas horas de trabajo de composición, ensayos, etcétera, hay muchas horas de trabajo dentro del estudio de grabación antes, durante y después de la grabación propiamente dicha. Y eso es algo que mucha gente no sabe. La mayoría de las personas disfruta de un show en vivo o escuchando un disco, aunque no todos valoran el trabajo que hay detrás de ello. Y los músicos lo sabemos. ¿Qué es entonces lo que nos motiva a continuar? Que lo estamos haciendo porque realmente lo disfrutamos. Tenemos la suerte de pertenecer a este grupo de personas que siente y vive la música, que disfruta enfrentando cada nuevo desafió. Tenemos esa suerte. Y eso también es algo que no todos logran comprender.

En los últimos tiempos ha surgido una manera de relacionarse y reconocerse, entre músicos, como miembros de una misma comunidad, lo cual saca provecho de este sentimiento compartido, de esa capacidad de comprender el trabajo del otro. En contraste a esto, existe también una especie de rivalidad entre músicos de diferentes estilos o de distintos niveles de conocimiento o de virtuosismo técnico. Sin embargo, hay algo que todos los músicos buscan, y eso es el reconocimiento de la sociedad en general; situación contradictoria la que surge entonces. Podríamos comenzar nosotros, los músicos, ese reconocimiento, respetando el trabajo de los demás, sin diferenciar por estilo, nivel de estudios o de virtuosismo, ya que todos conocemos el esfuerzo que se requiere para continuar creciendo como músicos. De esta manera, tal vez podamos contagiar al resto de la sociedad y, finalmente, todos los músicos puedan tener el reconocimiento que merecen, ya que ser músico, aunque a veces no lo parezca, es un trabajo duro.

Martín, TMO

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